jueves, 16 de diciembre de 2010

¡Felices Fiestas!

Empiezas a notar que el ambiente cambia. Primero los centros comerciales. Por fuera enormes figuras luminosas te desean felices fiestas, en los pasillos y tiendas ves luces y bolas gigantes. Sala principal del centro, lo ves, ese árbol enorme adornado por miles de pequeñas lucecitas que parpadean, la punta donde esta la grandiosa y brillante estrella. Pasan los dias y mas y mas cosas empiezan a llenar sus balcones, puertas y ventanas con guirnaldas y adornos. Entonces llegas a casa y te encuentras esas cajas, esas que  todos los años hacen que la familia se reúna para adornar. Primero las puertas, luego los balcones y las ventanas y por último el árbol. Empiezas con las luces, colocándolas poco a poco para no olvidarte de ningún recoveco. Le siguen esas cosas de las que nunca recuerdas el nombre pero que todos los años te pones por encima imitando a alguna pija. Las bolas y alguna que otro adorno mas... Y por fin la estrella presidiéndolo. Es la hora de conectar las luces y ver satisfecho tu obra. Ya empiezan las películas de navidad y los villancicos, vuelve el turrón y los polvorones, los niños escriben sus cartas para Papá Noel ilusionados y los padres compran los regalos. Toca comprar los regalos y lanzar indirectas sobre lo que deseas. Cena del 24, te arreglas para luego ir a alguna fiesta de navidad... Vuelves a casa y te acuestas ilusionada. Madrugas y corres al salón. El árbol encendido alumbrando un millón de paquetes para toda la familia. Hueles el chocolate caliente que está preparando tu madre. Mil tonalidades de papel vuelan por los aires mientras abres los regalos. Ropa, juguetes para los pequeños, tal vez dinero...Sonrisas y besos de agradecimiento, puede que alguna lágrima...Se respira amor...se respira fiestas...se respira navidad...¡Felices Fiestas!

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